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das Mystische 2.1

El objeto

El objeto Thomas Ruff. Interior, 1979.

Al repasar la biblioteca, varios ejemplares en desuso y restos de presentes extraños. ¿Por qué pienso que puedo llegar a conocerme a través de todos estos libros? ¡Qué tontería! Todo lo aprendido puede resultar tan innecesario que se torna anacrónico el recuento; además, nada hace presagiar que, en el futuro, las cosas vayan a ser de manera diferente. Cuando utilicé todas esas comparaciones absurdas como muletas de apoyo tampoco salí bien parado. Como en esos lienzos que ocultan a su vez los proyectos que no pudieron ser, o que fueron sustituidos por otras representaciones más acertadas, la explicación de lo sucedido requiere de la ayuda de Rayos X, o de rayos especiales como ojos mágicos. Nada tan preciso –compruebo- como la maceta que esconde a un espía o la fotografía de un sábado desierto. En el fondo, me da miedo verme de espaldas, recorriendo una calle mojada o persiguiendo alimañas. Todo lo que pasa en esta visión es falso; pero es necesario raspar el exterior hasta dar con la representación verdadera que, en este caso, a diferencia de los lienzos que ocultan proyectos, se encuentra en los pigmentos de la primera capa.

Utilizar herramientas o inventarme un alma. O, como hace Peter Handke, en Historia del Lápiz, narrar la presencia de un objeto inanimado:

Rara vez puedo sentir entusiasmo por lo que sé, pero muchas veces lo siento por lo que intuyo; por eso no quiero saber demasiado.

En el objeto, mi reflejo es distinto al de ayer y mucho más distinto que el de mañana; voy acostumbrándome a convivir con un desconocido que cambia de perfil y que muestra signos (preocupantes) de una profunda indiferencia. En el balcón, las plantas crecen imperceptiblemente, pero soy yo (el otro objeto) el que tengo que aprender ese lenguaje. Observadas desde un lugar equivocado, a una distancia poco aconsejable, las cosas nunca son lo que parecen. Los signos están al descubierto y puedo olvidar, por un momento, que fueron escritos con anterioridad, o que fueron utilizados por huéspedes que compartían entre sí antiguos elementos. La fuerza que me acompaña se refleja en el objeto como una máscara ignorante: lo que nunca tuvo explicación (ese tren a punto de partir, esa rosa que se pudre) carece ahora de importancia. Por lo demás, a falta de testigos, siempre puedo comenzar por el principio; la realidad, así, se inventa y se presenta más perversa. En resumidas cuentas: estoy acostumbrado a entusiasmarme. La única razón (¡de nuevo!) es la mudanza.

(En el margen izquierdo de este apunte, junto con otras anotaciones:

Die Aufnahmen Thomas Ruffs vermitteln daher nicht in erster Linie Erkenntnisse über die uns umgebende Umwelt, sondern über das Bild der Realität, welches eine direkte Erfahrung der Wirklichkeit zunehmend ersetzt.

El estilo documental y frío de la serie; la realidad y la marca de fábrica. Cualquier fotografía como cualquier ventana o quiebra de la intimidad: observo o, directamente a los ojos, también me observan; nada permanece al margen de las interferencias. Es el juego visual, el sonido impreso –compartido- de una mirada. Los edificios, en cambio, permanecen en silencio perpetuo; a pesar de los signos evidentes, no son objetos habitados.)

2 comentarios

Cayetano -

Aprovechando que Jorge tambien anda por aquí, les hago una demostración de como usar eso de Sindicar Contenidos (XML, RSS, etc.): http://anboto.boj.org/portal/

En el caso que nos ocupa es como colocar macetas de vistosos geranios el portal y no en esa cocina. :)

jorge -

!